Escenario natural de cientos de películas, tantas como aristas tiene el espíritu humano, Las Vegas es la realidad de la sociedad occidental de nuestros días. Si habéis estado aquí, o en su defecto en Benidorm, sabréis a lo que me refiero.
Me horrorizó:
-la masificación y las colas
-la vulgaridad extrema en todas sus dimensiones
-el concepto "mainstream" (tendencia dominante, pop) en su esplendor: Beyoncé, el sushi barato, las margaritas prefabricadas (repiten y dan ardor, como todo lo malo)
-la sensación de estar en una cadena de montaje, como si fuera un viaje organizado cutre
Me gustó:
-ver en el mismo lugar, haciendo las mismas cosas, a representantes de la América profunda más red-neck, angelinos sofisticados, negros del Sur, wasps de New England...
-la libertad campando a sus anchas de la mano del libertinaje en forma de juego, prostitución, drogas, alcohol, gritos y eructos
Al europeo intelectual le parecerá decadente pero al librepensante despojado de los rigores de la historia y la tradición del viejo continente le apasionará.