Siempre quise ir a LA

viernes, abril 04, 2008

Stroud, Oklahoma

En medio de la nada, Stroud nos recibe cansados tras una larga jornada a través de la siempre esquiva ruta 66. Hoy hemos tenido nuestro primer cara a cara con la América profunda. En Carthage, visitamos anticuarios (donde me compré una madera 4 de madera por $2.76) y hablamos con una local que tras haber estudiado en España decidió regresar a casa en busca de una vida sencilla (y feliz, como a Elías le gusta deducir). A la salida del pueblo, un enorme cine drive-in con el que entretener al personal, totalmente "vintage", palabra fetiche del viaje.

Stroud es una de los pueblos más feos que conozco. Cenamos donde podemos y un par de graduandos de High School nos explican a qué dedican el tiempo libre en un sitio tan horrible donde no tienen edad suficiente pera beber. "We do drugs", responden. Depresión. Afortunadamente, descubrimos la cara más amable del lugar en el "Cue & Brew", tabernáculo infecto y lugar habitual de sabe Dios qué fechorías. Nos va bien en el billar y bebemos Bud gratis a la salud de un cumpleañero local. Es un martes, pero no lo parece a tenor del lamentable espectáculo de la gente. Nos lo pasamos guay mientras yo me mimetizo con la camisa de leñador-que-va-a-la-ciudad que he adquirido en el Wal-Mart.