Siempre quise ir a LA

sábado, marzo 08, 2008

Rosa, rosae

Ando estos días ocupado en planificar la mudanza de vuelta a casa. A falta de liquidez, bien invertida este verano en el Hyatt de Singapur (qué gran bar) y el Sheraton de Tokio (menudo spa), ahora se trata de quemar las naves y vender lo que resista el incendio; la tele, la consola y hasta el sofá rojo tienen ya precio.

En una de mis indagaciones me he topado con personalporter.com, empresa que se dedica a llevarte las maletas desde tu casa a donde uno desee sin tener que lidiar con facturación, seguridad, exceso de equipaje, extravíos... Clara sintonía con mis ideas epicúreas, por supuesto, ideas que me han llevado a condenast.com, editorial que publica no menos hedonistas revistas. De cualquier manera, todo ello me ha hecho reflexionar sobre (a la par que en el baño leía sobre los faraones negros del antiguo Egipto) la cantidad de blogs, revistas y charlas que debería consumir en lugar de tanto fútbol, combinables y basura mediática diversa.

Mi madre es una mujer que lee y llega a dominar el tema que se propone. No, no es éste un nuevio ejercicio adulador en busca de mis nuevos palos de golf, sino el reconocimiento a quien se maneja en el proceloso océano de las finanzas procedente del rosa-rosae, la Ilíada y la Odisea (qué caiga la vergüenza sobre mí: no las he leído). ¿Cómo lo hace? Porque lee, escucha, pregunta y se interesa. Me voy a Egipto en mayo. Por una vez, iré preparado. Como mi madre.