Siempre quise ir a LA

lunes, febrero 05, 2007

La manifa

Apreciados,

Qué buenos artículos escribís. La cuestión es que desde la mesura que otorga la distancia, mi idea de España es un conjunto de tradiciones basadas en lo que hablamos, comemos, leemos y escuchamos. Asturias es diferente de Euskadi igual que Oviedo lo es de Gijón, mi calle de la de al lado, mi piso del de enfrente y mi padre de mí mismo. Pero en conjunto, todos tenemos muchas más cosas en común de lo que pensamos. Leí el otro día que el Betis hizo en Bilbao un homenaje a los familiares de los futbolistas vascos que componían la plantilla que ganó la Liga en el año 54. A ese tipo de cosas me refiero.

Creo que “utilizar” (en su sentido más literal) símbolos patrios está mal. Mi familia es castellana, estoy orgulloso de mi país, admiro el ímpetu y la singularidad de las regiones que lo componen y el Rey es un tío de puta madre que lo está haciendo muy bien. Me gusta la alegría andaluza, la austeridad castellana, la modernidad catalana, la generosidad asturiana, la tenacidad vasca. Me gusta un país con gente tan plural y diversa y me gusta su capital, Madrid, un crisol de sensibilidades no sólo domésticas en el que todos nos sentimos acogidos. Lo cierto es que la Ikurriña ha sido secuestrada por los chavales de la gasolina y la rojigualda por la gente más pudiente, tradicional y católica. Como yo soy ateo y liberal, mi bandera no me representa y por tanto no me gusta que se enarbole para defender ideas de las que yo también quiero participar: paz, tolerancia, respeto, pluralidad, estado de derecho, justicia. No asociemos ideas a símbolos cuando estos pueden ser excluyentes.

Tener dinero te distrae de las cosas realmente importantes de la vida. España vive el mejor periodo económico de su maltrecha historia. Nuestra juventud, malcriada y maleducada, vive en un estado de tal bienestar material que no duda en frivolizar con ideas peligrosas propias de la oscura dictadura que por fortuna ninguno conocimos. Cuando mi padre tenía mi edad, España era un país autárquico y empobrecido. Los jóvenes, sin embargo, participaban del debate político, leían libros buenos, veían películas con contenido y soñaban con un mundo mejor. Nuestra generación es una farsa, no hace falta que de ejemplos.

¿Y el futuro? El futuro pasa por políticos exentos de deudas con la historia. Gente valiente y preparada que sepa ilusionar a la sociedad. Valores universales frente a rancios nacionalismos. Ecologismo frente a consumismo. Voluntariado frente a capitalismo. Ideas frente a sectarismo. Luz frente a sombras. Que vuelva el hombre, el debate, la canción de autor, las vanguardias, la poesía, la movida madrileña. Que se reabran Rockola y Zeleste. Que la gente viaje allende nuestras fronteras y vuelva con nuevas perspectivas. Que Tele5 y Antena3 cierren por falta de interés. Humanismo, renacimiento, regeneración, razón. Ilustración.

Quiero decirle a Zapatero y a Rajoy que sus ideas son una mierda y que me dan vergüenza. ¿Quién me acompaña?

Un fuerte abrazo desde la siempre soleada California. Life is a beach.

Álvaro