Siempre quise ir a LA

martes, febrero 13, 2007

Diana Krall


Descubrí a Diana Krall en 2002, cuando trabajando en UBS, un comercial llamado Narciso me habló de lo que era ser "un hombre elaborado". Un hombre elaborado consistía, según su propio ejemplo, en tener casi 40 años, permanecer soltero, beber ron dominicano, pernoctar en casa ajena... y escuchar con devoción los discos de Diana Krall. Me gustó el término "elaborado" pero seguí bebiendo ginebra. En cuanto a Diana, nuestra complicidad fue instantánea hasta completar los 9 discos de su discografía.

Acabo de venir de jugar a fútbol y mientras me ducho Diana suena en el iPod. Me gusta Diana porque tiene voz de mujer madura, moderna, independiente. Al mismo tiempo, es irresistiblemente sensual sin ser especialmente bella. Sus letras hablan de amor rutinario, sentimientos fugaces, anhelos y pequeños sueños sin importancia, sin lirismo. No es difícil imaginársela sentada al piano de su gran mansión acristalada a orillas del estuario de Vancouver.