El invierno californiano
En la siempre soleada California nunca hace frío pero hoy es uno esos días en que te apetece que nieve dos metros. Acabo de volver de jugar a squash y me estoy preparando pasta fresca para reponer energías. Empieza el fin de semana. El vapor de la cazuela me transporta a esas entrañables tardes de invierno asturiano en las que mi padre me iniciaba a la cocina que dio fama a mi abuelo a base de fondos oscuros que tardaban horas en hacerse, casquería de difícil descripción y setas recién cortadas. Luego escuchábamos el partido del Oviedo por la radio, que por entonces estaba en primera. Buenos años, aquellos. Cocinar, como digo, me traslada a aquella buena época. La perspectiva de una tarde de videojuegos emulando aquellas noches en vela dirigiendo los destinos del Parma en el PCCalcio y la compañía del country-pop desgarrado de Sarah McLachlan, la Sheryl Crow del año 2007, debería encapotar el cielo y hacerlo estallar sobre el ávido desierto californiano.