Siempre quise ir a LA

domingo, octubre 29, 2006

Los domingos, jazz

Es domingo. Son las 20.46 y acabo de cenar la cena de los domingos: huevos fritos con patatas. He terminado el trabajo de marketing y parece que nadie quiere venir a ver Babel (Brad Pitt, Gael García) conmigo. Todo el mundo está cansado tras el fin de semana. Pero es que me encanta el cine.

Leo los periódicos españoles. Ya están colgados en Internet. Pongo el canal 208 de mi satélite, conectado al home cinema. Beyond Jazz, se llama. Jazz moderno 24 horas. Sin interrupciones. Michelle San Martino a los platos. The groove, the fussion, the jazz... De los 70 hasta acá. La pista que estoy escuchando ahora se llama Mezzanine. Debe durar como 10 minutos. ¿Por qué el hombre es capaz de hacer cosas tan buenas y luego darse a la barbarie? Madre mía, qué bueno es esto. La felicidad invade el sofá rojo que a su vez invade mi cuarto de estar. Creo que el contrabajo es un instrumento sublime. A nadie le gusta, lo sé, pero le da profundidad a cualquier composición. Me dejo llevar y no releo lo que escribo. El jazz, siempre el jazz.

En marketing hablamos de segmentos e intentamos etiquetar a grupos de personas homogéneos con un nombre concreto, si es que eso es posible. Voy a inventar un nombre para los tipos que, como yo, somos liberales pero ordenados, soñadores pero responsables, juerguistas pero reposados, gutistas pero capellistas, taurinos pero ecologistas, viajeros pero caseros, kandinsky pero van eyck, jazzistas pero popistas, pasionales pero racionales... Pues leche, no lo encuentro... Pero me gusta ser así y no ser un militante. Porque mira que hay militantes...

Jazz y felicidad. Autocompasión y autocomplacencia también. Noche de domingo. Y en breve empieza VW Gol, canal 612: 2 horas con todos los goles de las ligas europeas y sudamericanas. Anda mira, la liga de Honduras. ¿Qué habrá en Honduras? Lonelyplanet.com. Amazon.com. Expedia.com. Radisson.com. 15 minutos de internet y mañana podría estar en Tegucigalpa. ¿Quién me lo impide?

Y mañana lunes otra vez. Trabajos, grupos, entrenamientos, squash, cine, compras, cenas. Life is grand. En el horizonte, Perú, Canadá, Madrid, familia, fin de año en Florencia (qué ilusión me hace), más familia y Los Ángeles, donde siempre querré ir. Y este viernes, viaje en globo, viñedos en Santa Bárbara. Falcon Crest. Life is a beach. Beach is a ball. Ball is a world. The world is not enough. Z3 roadster. James Bond. ¿James Bond? Eh! Creo que he dado con el término que buscaba. Sí, yo soy un James Bond. Ya tengo con qué levantar mañana la mano en clase de marketing.

Se me va la olla. Es la felicidad del Jazz y del domingo. ¿Quién dijo que los domingos eran aburridos?