Siempre quise ir a LA

jueves, noviembre 30, 2006

Marta y Jaime

Marta y Jaime son voluntarios en Perú. Llevan dos meses viviendo en una casa fría pero acogedora. Desayunan huevos de codorniz, mate de clavo y jazmín y queso fresco con mermelada de sobre, sí, de sobre. Les he traído unas truchas de Aguas Calientes pero no se las comen. Trabajan mañana y tarde, se comunican con el mundo exterior gracias a un precario ciber café que regenta un ciego y se les ve felices. Cada noche, ven las peripecias de Michael Scofield (mi alma mater, mi alter ego) en DVD (pirata). Al igual que a los niños, también se les ve felices, relajados. Marta siempre ha sido un torbellino difícil de contener. Lejos de cualquier estímulo mundano, acabo de descrubrir su mejor versión.

Marta y Jaime se juntan a diario con los jóvenes de Andahuaylillas. Está Javi, que tiene a sus hermanos en España y sueña con irse allá algún día. Está Kenny, que sigue al equipo cada domingo con la misma ilusión que yo me junto con Elías y Ramón ante la pantalla de Gol TV ("el único canal de fútbol de las Américas"). Están las chicas, resistentes a dejar atrás la adolescencia y enfrentarse a un incierto mundo adulto. Me gusta la vida de Marta y Jaime.